viernes, 24 de mayo de 2013

Buen fin de semana! Por fin llego !!! ahora toca descansar , relajarse , y divertirse ,...

 Prohibido MOLESTAR ... estoy tan a gustitoooooooo
 Cualquier sitio  mola para pegar una pequeña siesta!!! Estoy de lo mas comodo !
 Un poco de relax con mi musica favorita , llalalalalalelelelelelele....











 Mi coleguita y yo estamos de lujo ....

 Tanta lectura ....me merezco un descansillooooo!






SOLO POR EL PLACER DE LA VISTA










jueves, 23 de mayo de 2013

EL CELO EN LOS GATOS



El celo de la gata

¿Cuántas veces habremos oído maullar a la gata del vecino, a las que se pasean por el jardín, o a la nuestra misma en las noches de primavera?


 No es difícil: este maullido que a veces puede ser impertinente, es uno de los signos típicos de una gata en celo.



El celo es el periodo del ciclo sexual de la gata en la que puede aceptar al macho. Al igual que todas las hembras de los mamíferos, al alcanzar la pubertad, tienen su primer celo. A partir de este momento, la hembra es fértil.
El momento exacto en el que la hembra tiene su primer celo es variable (entre los ocho y los diez meses), ya que existen distintos factores que determinan el inicio de la pubertad:
- El peso de la hembra: La hembra debe tener un peso mínimo para entrar en celo.
- La raza: Las hembras de pelo corto, tipo Siamés, alcanzan la pubertad antes que las de pelo largo como el Persa.
- Factores externos, como la presencia de un macho en el entorno o las horas de luz, también son aspectos muy importantes.

La época de celo de las gatas tiene lugar en primavera, cuando hay más horas de luz. Durante estos periodos pueden tener varios celos con un intervalo de dos o tres semanas, a diferencia de la perra que sólo tiene uno…..y además…¡las gatas no manchan!. Es bastante frecuente, que las gatas que vivan en el interior de una casa con calefacción y luz artificial, presenten celos incluso en invierno, ya que la estacionalidad será menos marcada.
Las modificaciones del comportamiento asociadas al estro son características: la gata maúlla mucho, se frota por todas partes, se revuelca y se pone rígida cuando se la toca, en una posición parecida a la de la cópula, llamada de “lordosis”: el lomo hundido y la cola desviada lateralmente. Están especialmente mimosas y tratan de atraer nuestra atención de cualquier manera.
Las fases del ciclo estral de la gata se dividen en 4:
- Proestro: En esta fase la gata muestra comportamiento de celo, atrae al macho, pero no deja que la monte.
- Estro: En esta fase, que es la que se conoce como celo propiamente dicho, la hembra se deja montar por el macho. Los comportamientos de celo, como maullidos y restregones, se hacen más evidentes.
- Diestro: Es la fase entre un estro y otro.
- Anestro: Es la fase de reposo.



Hay una falsa creencia acerca de que las gatas deben criar al menos una vez en la vida. Se ha demostrado que ésto es completamente falso: no es necesario que la gata tenga una camada para completar su desarrollo como hembra, ni nada por el estilo. De hecho, se ha comprobado que la castración precoz minimiza el riesgo de padecer, en la edad adulta, tumores mamarios, por tanto, la recomendación, en el caso de que no deseemos que nuestra gata quede gestante, es la esterilización lo antes posible, evitando así las molestias del celo, como vocalizaciones,  marcajes innecesarios, escapadas, y enfermedades derivadas como infecciones uterinas, y como comentábamos antes, tumores mamarios.
En el caso de que deseemos que nuestra gata críe, debemos tener en cuenta, que aunque la hembra sea fértil, no quiere decir que se haya completado su desarrollo. Lo ideal es esperar a que termine de crecer, aunque dejemos pasar varios celos. A partir del año y medio de edad, suelen estar desarrolladas y pueden llevar una gestación a término sin que constituya un perjuicio para su salud.


¿Cuántas veces hemos perdido los nervios con nuestra mascota felina cuando ésta en celo? Esto es algo habitual. Y es que la sexualidad del gato se caracteriza por ser muy fuerte y acentuada por la frecuencia de los periodos de celo en las hembras. Éstas no paran de maullar y de restregarse contra nosotros pidiéndonos con sus gestos y ronroneos que las acariciemos y las tratemos con cariño. Este tipo de acciones pueden llegar a resultarnos molestas si la gata insiste. Pero esto no termina aquí. Existen, además, otro tipo de manifestaciones mucho más incómodas, tales como orinar en las esquinas de la casa.

Las gatas son hembras poliéstricas estacionales que alcanzan la madurez sexual en torno a los seis meses de vida y se siguen desarrollando hasta los nueve o diez. En cuanto a los machos, éstos son mucho menos adelantados, no completando su predisposición para la reproducción sexual hasta que no llegan casi al año de vida. El apareamiento de los felinos domésticos sigue una serie de reglas y condiciones, por ejemplo, es conveniente que, si decidimos aumentar la familia de nuestra gata, elijamos para ello a un gato que haya madurado sexualmente de forma completa, es decir, que tenga más de un año.


También tenemos que ser conscientes de que es mejor esperar, para que la monta sea efectiva, que nuestra gata tenga ya nueve o diez meses. Hay que ser completamente inflexible en cuanto a esta recomendación: las relaciones entre ejemplares excesivamente jóvenes no es aconsejable. Además, siempre necesitaremos contar con un ejemplar que cuente con experiencia, ya sea hembra o macho.

Factores genéticos y ambientales

Las diferencias entre sexos también son notables en cuanto a las apetencias sexuales de los gatos. Mientras que los machos son capaces de aparearse siempre, las hembras necesitan experimentar periodos propicios que se hacen presentes con la aparición del celo cada dos o tres semanas. Si observamos el comportamiento de nuestra mascota a lo largo de todo el año, nos percataremos de que las épocas álgidas de celo tienen lugar entre los meses que van de septiembre a marzo, siendo las estaciones de apareamiento más habituales la primavera y los comienzos de la temporada estival. Dejando al margen esta franja de tiempo, lo cierto es que el celo en las hembras se mantiene más o menos ininterrumpidamente durante todo el año, si bien su frecuencia es aleatoria.
Existen varios factores determinantes en cuanto a la activación óptima del sistema hormonal como, por ejemplo, la duración del día, la temperatura ambiente y, por supuesto, la presencia de otros gatos dentro del mismo recinto. Uno de los aspectos que favorecen más el comportamiento especial de las hembras durante el celo, se refiere al lugar donde éstas viven y la luz recibida. El calor de la calefacción, la rica y completa alimentación, la temperatura agradable dentro de los pisos y, sobre todo, el cariño que las proporcionamos, son factores que contribuyen de modo particular a una mayor insistencia y acercamiento de nuestra gata hacia nosotros. Las mascotas que viven dentro de casa con luz artificial pueden estar en celo todo el año, incluso en invierno y, como dato curioso, señalar que los ejemplares del hemisferio sur tienen su ciclo opuesto al de los del hemisferio norte.

El celo depende también de las diferentes razas de gata. La variación más sorprendente es la que hay entre hembras de pelo corto y hembras de pelo largo. Por ejemplo, las siamesas pueden tener su primer ciclo de fertilidad contando con sólo cinco meses y, por el contrario, en el tipo persa, el celo puede aparecer por primera vez a los diez meses de vida. Pero las diferencias no sólo son observables entre las razas; también nos percatamos de ellas entre gatas de la misma camada, sobre todo, en cuanto a duración del periodo del celo. A veces, la sintomatología de las cuatro fases del ciclo se solapan, volviéndose imposible determinar el momento idóneo para la concepción, si bien la citología vaginal realizada por un veterinario, puede ayudarnos a encontrar ese momento óptimo.



Los cuatro periodos del ciclo sexual

Tal como hemos anunciado, el ciclo reproductivo en los gatos se divide en cuatro fases fundamentales: proestro, estro, metaestro y anestro. Dentro de cada fase encontramos características que lo definen de forma particular.
La primera etapa del celo se llama proestro y tiene una duración de entre uno y tres días. El apetito de la gata aumentará sensiblemente y el cariño hacia el amo también aumenta. En estos días, la vulva de la hembra se hace ligeramente más grande y nos puede dar la sensación de verla húmeda, pero es apenas notable. Los maullidos son más agudos y cortos. El animal se mostrará inquieto y comenzará a insinuarse a los machos, pero no se dejará montar. Esta etapa también se conoce como 'etapa del cortejo'.
El denominado estro, es el nombre bajo el que se enmarca la segunda de las etapas del ciclo reproductivo. El estro se caracteriza fundamentalmente porque es el periodo de receptividad sexual, el celo en sí mismo. Su duración es de cuatro a seis días si el apareamiento tiene lugar, y de diez a catorce si éste no acaece. Los maullidos son mucho más altos y más fuertes, siendo los cambios en su conducta más bruscos y apreciables. Nuestra gata durante el estro utiliza la llamada de su maullido para atraer al posible macho y en ocasiones, estos gritos pueden dar miedo a los dueños novatos, ya que les lleva a pensar que su animal de compañía está sufriendo.

Metaestro es el nombre que recibe la etapa siguiente al estro y carece apenas de rasgos diferenciadores debido a su breve tiempo de duración, tan sólo 24 horas. De hecho, algunos especialistas la incluyen directamente dentro de la segunda etapa. El metaestro hace que la gata rechace a todos los machos que intenten acercarse a ella y, además, de forma agresiva. La evolución de la gata dependerá de lo acaecido en la etapa anterior, así pues, estará preñada o no según el éxito de la monta del macho.

Por último, la etapa final recibe el nombre de anestro, que es cuando el ciclo sexual está en descanso hasta el próximo, que aparecerá en, más o menos, dos meses.

Comportamiento de la gata en celo

Si alguno de nuestros lectores tiene como animal de compañía una gata, sabrá perfectamente que existen momentos en los que nuestra mascota realiza una serie de acciones que al principio pueden extrañarnos, pero que después se vuelven costumbre, e incluso pueden llegar a colmar nuestra paciencia. 

La receptividad es la característica esencial con la que podríamos definir la conducta de las gatas a partir de los seis meses. Estas se muestran más cariñosas y juguetonas de lo habitual, se acercan mucho más a nosotros, nos buscan con la mirada y con sus maullidos, los cuales pueden llegar a asustarnos si no estamos acostumbrados, pues en épocas de mayor inclinación sexual, se tornan muy intensos y sobrecogedores.

La orina representa uno de los principales problemas con los que tenemos que enfrentarnos cuando llega el periodo fértil. Algunos de los que conviven a diario con esta incidencia ya se han acostumbrado, pero para la mayoría de las personas que cuidan de una gata, llegan a desesperarse ante este comportamiento. El problema al que nos estamos refiriendo es que, durante el celo, la gata suele orinar por la casa sin ningún pudor, ya sea en las esquinas, en los vértices donde confluyen los rodapiés, en una despensa o en cualquier rincón escondido.
Este hecho puede ser perjudicial si vivimos en un bloque de viviendas, ya que los gatos pueden orinarse también en las zonas ajenas a nuestro hogar, como las puertas del resto de los vecinos, los felpudos o los jardines y macetas. Además, la orina tiene un olor similar al amoníaco, muy fuerte y característico, que sirve de perfume atractivo a los machos de la vecindad.
Teniendo en cuenta que estamos ante una de las especies animales domésticas más inclinadas hacia la sexualidad, no podemos pasar por alto la importancia de la esterilización y la castración. Si no estamos dispuestos a tener camada, es vital que consideremos estas opciones. Los especialistas afirman que no existen efectos secundarios de gravedad cuando se practican estas intervenciones, y que es muy recomendable si tenemos gatos dentro de viviendas en grandes ciudades.

Esta es una decisión que solamente depende de nosotros y que no sólo nos evitará molestias sino que, además, será beneficiosa para el felino macho, expuesto a contraer enfermedades graves tales como la leucemia felina o el síndrome de inmunodeficiencia felina, por medio de la saliva o por mordeduras en peleas con otros animales de su especie.




Seis buenas razones para ser un GATO

1) Comida  gratis
2) Alquiler Gratis
3) Duermes  tanto como quieras
4) Es facil estar guapo
5) Tengo almohadilla en las patas
6) Tienes licencia para matar

Buenos dias , hoy es un jueves soleado y caluroso...ya era hora!



  y yo un bañito y listo!!!



                yo soy el mas listo de los tres !!!! Me he puesto el sombrero de las sombras! jejje 



martes, 21 de mayo de 2013


 ¿Por qué querría alguien ser dueño de un gato siamés?



¿Por qué querría alguien ser dueño de un gato siamés?                                                                   Pues ten cuidado, porque es  posible  caer enamorado con esta intrigante y hermosa raza.
El gato siamés tiene un carácter verdaderamente singular en el mundo del gato. Puedes haber oído que los describen como si fueran "perros", y esta es una descripción muy precisa. No sólo muestran la misma lealtad y devoción a su familia, al igual que un perro hace, sino que te dará la bienvenida con entusiasmo cuando vuelvas a casa y te seguirá adonde vayas cuando estés paseando por tu hogar. También parecen tener "instinto natural" y pueden ser fácilmente entrenados para caminar con correa. Son salientes, amables y tolerantes con los niños.


Sumado a esto, son traviesos y juguetones, y muy inteligentes. Tu siamés o gatito oriental pronto aprenderá a abrir las puertas, se esconderá en los armarios de la cocina, irá a la nevera y te robará los calcetines. ¡Se ha oído hablar de gatos siameses que roban calcetines recién lavados! Una cosa es segura, una vez que abras tu casa (y tu corazón) a un gato oriental o siamés, tu vida nunca será aburrida.
 
Una cosa a tener en cuenta. Si crees que el siamés es una mascota que puede cuidar de sí misma mientras estás fuera en el trabajo todo el día, el gato siamés no es para ti. Los siameses y los gatos orientales son ante todo y en primer lugar, animales sociales. No consideres el conseguir uno si no puedes darle la atención que se merece. Si trabajas, pero estás desesperado por tener un gato siamés con quien compartir tu vida, entonces, por favor, consigue dos, de esta manera pueden hacerse compañía mientras no estás en casa.
Todo esto lleva a la última anécdota a tener en cuenta.



 La gente de alguna manera no parece conformarse con sólo un gato siamés. Siempre que adquieres un gato, conlleva siempre, inevitablemente, a un segundo gato, y quizá a un tercero... Cuando compras tu primer gatito siamés, estás iniciando una aventura amorosa con esta especie increíble que es probable que dure, y domine, tu vida entera.



 ¿Sabías que el color de los gatitos siameses sólo se desarrolla después de nacer?

El gatito siamés que se ve cuando se llega a elegir un gato de un criador está muy lejos de la forma en que esta raza comienza la vida. De hecho, todos los gatos siameses nacen blancos. Todos los siameses nacen con un gen que produce el albinismo parcial. Sin embargo, una mutación genética de este gen restringe el color del gato de las extremidades, incluyendo el pelaje de la cara, las piernas y la cola. Esta mutación afecta a las enzimas que producen el pigmento en la piel, pero la cantidad de pigmentos que producen estas enzimas se ve muy afectada por la temperatura. Las temperaturas de 98º F o mayores, causan que las enzimas no se produzcan correctamente, por ellos salen blancos. Sin embargo, las extremidades del gato son generalmente más oscuras que el cuerpo, por lo que las enzimas producen coloración en estas áreas. Combina esta acción enzimática sensible al calor con otros genes modificadores, y los resultados son los puntos de colores de varios patrones en los gatos siameses.
Así que, ¿por qué los siameses cachorros nacen blancos? La temperatura dentro de la matriz supera 98º F, por lo que la producción del color se retarda. Las enzimas no actúan a pleno funcionamiento hasta que los gatitos son un poco mayores. Esto significa que mientras los criadores con experiencia pueden hacer una conjetura en los resultados del color de una cría, no serás capaz de decir con seguridad de qué color será un gatito hasta aproximadamente una semana después del nacimiento.
Los gatos “cream point” tienen los ojos azules (como todos los tipos). Es una “norma” para los gatitos siameses. Mientras que muchas razas inicialmente nacen con los ojos azules y oscurecen más tarde, el gen de albinismo parcial en el siamés hace que los ojos permanezcan azules. El color que se ve es en realidad el resultado de la luz reflejada por la retina.







Un gato siamés es criado para ser delgado pero bien musculado, con un cuerpo y cola largos, y ojos almendrados. El gato siamés se caracteriza por una combinación de colores “en puntos”. Es decir, los gatos varían su apariencia en función de sus puntos, o un determinado gen que determina sus cualidades del color.
                                                                                                                                                     



                                            El tipo “blue point”, por ejemplo, tienen distintas tonalidades azuladas en su pelaje y ojos también azules. Son muy encantadores y sorprendentes. Además de ser bonitos, también son criaturas inteligentes y cariñosas. Es por eso que son unas mascotas muy apreciadas y lo han sido durante muchos años. De hecho, los gatos siameses son tan populares que algunos de ellos han sido residentes de la Casa Blanca y han sido protagonistas en el cine.
Una cosa a tener en cuenta es que no hay que precipitarse en sacar conclusiones inmediatas diciendo que un gatito será del tipo “blue point”. Puede sonar gracioso, pero debes saber que todos los gatos siameses nacen de color blanco puro y desarrollan sus colores de pelo conforme pasa el tiempo. Si el gatito tiene menos de cuatro semanas de edad, la primera vez que lo veas, no serás capaz de determinar si se trata de un “blue point” o no. Un criador de renombre, sin embargo, te dará certificación donde indica el linaje de su nuevo gato, así como los registros de vacunación y de salud.
Los gatos siameses son criaturas inteligentes y cariñosas. De hecho, los gatos siameses son, a diferencia de otros gatos, el tipo que más se une a su familia humana, y requieren tiempo y atención la mayor parte del tiempo de la misma manera que un perro requiere atención diaria. Un gato siamés es tan inteligente que también necesita ser entrenado. Esta formación suele ser bastante fácil de gestionar y proporciona el estímulo adecuado para tu gato para que no forme líos en la casa. Si quieres adoptar gatitos siameses “blue points”, entonces esto es algo que debes tener en cuenta.